“A Mi Hija No la Buscan por Ser Mayor”: Familia de Daniela Sospecha que es Víctima de Trata

Con el argumento de que ya tienen más de 18 años y ellas deciden si quieren irse de sus casas, las autoridades no están investigando la posible comisión de delitos cuando se ausentan una mayor de edad

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Andrea Vega

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Manifestación afuera de Fipede por la ausencia de una joven

Familiares de Carol Daniela se manifiestan afuera de la Fiscalía en CDMX. Foto: Ashanti Ríos

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¿Por qué tanta policía?, recuerda haber dicho Alejandra Hernández aquel 16 de diciembre de 2022. Iba a reunirse, en la Fiscalía de la CDMX, con su hija, Daniela Troncoso, después de días de que la joven no regresara a su casa. Las autoridades le habían dicho que la muchacha, de 18 años, se había ausentado por voluntad propia, que ya no quería vivir con sus padres y como era mayor de edad no había nada que investigar ni delito que perseguir. 

Solo después de que la familia y activistas tomaron las instalaciones de la Fiscalía de la Ciudad de México fue que las autoridades “presentaron” a Daniela y le permitieron a su madre verla, pero rodeadas de policías

Alejandra recuerda que ella y su hijo mayor, Luis David, ingresaron a una sala de la Fiscalía de investigación y persecución de los delitos en materia de desaparición forzada de personas y la desaparición cometida por particulares y búsqueda de personas desaparecidas (Fipede), que estaba repleta de personas.

“Eran unas 10, varios de la PDI, todos hombres. Les dije: por qué tanta policía, si solo voy a platicar con mi hija. Me dijeron que los de PDI se iban a retirar, pero que no podían dejarme sola con Daniela, porque esa era su voluntad”, cuenta la madre.

Daniela estaba sentada en una mesa larga, del otro lado sentaron a la señora y a Luis David. Alejandra tomó una mano de su hija, su hermano le tomó la otra. “Mi niña estaba temblando, fría, y sin vernos a los ojos, con la mirada hacia arriba, me dijo, 'mami, estoy bien', le dije, pero Dany, y solo me dijo, 'solo te voy a decir que Eduardo (la persona que la familia teme que se llevó a la joven) no tiene nada que ver', se levantó de la mesa y se fue”. 

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Alejandra trató de seguirla, pero el personal de la Fiscalía se lo impidió. La sacaron de la sala. Luis David sí logró alcanzar a la muchacha, pero ella solo le dijo que no se preocupara, que cuidara a sus padres e iba abrazarlo cuando los de la Fiscalía lo agarraron del pecho y lo sacaron. 

Afuera de la Fiscalía estaba la familia completa de Daniela, junto con activistas por los derechos de las mujeres y los desaparecidos. En ese momento salieron dos camionetas de la PBI y tomaron con rumbo desconocido. 

“No pudimos constatarlo, pero creemos que en una iba mi hija, lo cual nos sorprende mucho porque parecía un operativo como si hubieran sacado a un narco.

Los de la Fiscalía le dijeron a la familia que aceptaran que Daniela ya no quería vivir con ellos. A las activistas les dijeron que la realidad era que la joven sufría maltrato y abuso sexual por parte de su padrastro y por eso se había ido. 

Pero Daniela no tiene padrastro, confirma su padre, José Luis Troncoso, en entrevista con este medio. “Yo soy su padre, vivo con mis hijos y mi esposa, no hay tal padrastro, y en todo caso, ¿No tendrían que investigar eso? Que nos investiguen, eso es lo que queremos, pero no lo han hecho”, dice José Luis. 

“A la familia le dicen que ya la investigación está cerrada, y lo cierto es que tenemos un vacío legal muy grande en el que si tu familiar es mayor de edad, la Fiscalía está poniendo candados para acceder a la localización de estas personas, pareciese que la mayoría de edad se está volviendo un pretexto para no ejecutar las búsquedas o para no asegurarse que las personas están bien, como pasó en el caso de la joven Montserrat”, dice la activista e integrante del colectivo Hasta Encontrarles, Ashanti Ríos.

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Montserrat Juárez fue reportada como desaparecida el 4 de julio de 2022. El 24 de septiembre, luego de que las autoridades confirmaron su fallecimiento, en una entrevista para Foro TV, los padres de la joven explicaron que fue la misma Montserrat quien acudió con las autoridades a fin de dar de baja su ficha de búsqueda. Sin embargo, al hacerlo tenía posibles rasgos de violencia.

De acuerdo con su padre, el señor Armando, Montserrat vivía en el departamento ubicado en la colonia Anáhuac, donde la encontraron muerta, debido a que "estaba retenida". Explicó que les hacían creer que la joven estaba ahí por su voluntad, pero que en realidad "fue violentada desde el primer día que estuvo ahí”.

Medios documentaron también el caso de otra joven desaparecida: Belén Montserrat Cortés Santiago, quien tenía 19 años cuando se ausentó. Los padres denunciaron que las autoridades les dijeron que su hija no quería verlos y solo les presentaron videos donde ella asegura que está bien.  

La ausencia

Era 6 de diciembre de 2022, alrededor de las 9 de la mañana, cuando Carol Daniela salió de su casa. Iba a buscar trabajo en las oficinas de Protección Civil que corresponden a la alcaldía Gustavo A. Madero. 

Al día siguiente, Alejandra se levantó a las 5 de la mañana y salió a las 6 rumbo a la escuela. La mujer está estudiando la preparatoria, alentada por su hija para continuar con sus estudios. "Antes de irme, le di su beso a mi niña, como todos los días, y salí”. 

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Esa mañana, Daniela publicó en su Facebook: “Mi meta es decir, mamá elige lo que quieras, yo te lo compro”. 

Alrededor del medio día de ese 6 de diciembre, Alejandra recibió una llamada de Daniela en la que le dijo que ya iba para la casa, en la alcaldía Gustavo A. Madero. También le mandó un mensaje a su hermano, donde le pedía que pusiera la mesa para comer. Pero nunca llegó

Por la tarde sus padres empezaron a buscarla. Salieron a los alrededores para tratar de ubicarla. Llamaron a familiares, amigos y vecinos, pero nadie sabía nada de Daniela. Alrededor de las 8 de la noche de ese día, Alejandra se topó con una patrulla y reportó la desaparición, pero los policías le dijeron que debía esperar 48 horas para poder denunciar. 

Fue por eso que la madre acudió hasta el 7 de diciembre a Fipede de la Ciudad de México a levantar la denuncia por ausencia o extravío, de la que se abrió carpeta de investigación, de la que N+ tiene copia. 

En la madrugada del 8 de diciembre, Alejandra llamó a la Fiscalía para saber si tenían alguna noticia de su hija. Le dijeron que sí, que la habían encontrado, pero que ella se había ido por su voluntad y que no quería volver a casa con su familia. “Nos dijeron que esa era su decisión y que la teníamos que respetar porque ya era mayor de edad”. 

Horas más tarde, la Fiscalía le llamó a la familia para informarles que como Daniela se había presentado con ellos, ya no estaba desaparecida y se cerraba la carpeta de investigación.

Las irregularidades

En el informe que rindió la Policía de Investigación (PDI) de la Fipede cuando se supone que ubicó a Daniela, y del que N+ tiene copia, hay muchas contradicciones respecto a la declaración inicial que dio Alejandra, cuando fue a levantar la denuncia por la desaparición de su hija. 

El informe dice, por ejemplo, que Alejandra refirió que Daniela tenía pareja desde hacía dos años, y que dio el nombre del supuesto novio. También señala que la joven le mandó mensajes a su padre en los que le decía que ya no volvería a la casa y que no la buscaran. Alejandra no reconoce haber declarado nada de eso y en efecto, esto no figura en su declaración inicial. 

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Lo que Alejandra sí ha declarado es que sospecha de un compañero de la escuela, de nombre Eduardo, que asediaba a su hija, y con el que la joven no quería tener relación. Pero a él, dice, la Fiscalía no lo ha investigado.

En el documento también se asienta que Alejandra dio el número de teléfono del supuesto novio de su hija, mismo número al que la PDI llamó. En ese número supuestamente respondió la pareja de Daniela y comunicó a la joven con la policía que llamaba. Sin embargo, ese número de teléfono es el del papá de la muchacha, el señor José Luis, tal como este medio pudo constatarlo. 

La PDI asentó en su informe que el dueño del número telefónico al que llamaron no quiso dar su dirección, “por así convenir a sus intereses”, así que acordaron con Daniela que se verían en un punto en la colonia Agrícola Pantitlán, donde, dice el documento, en efecto se presentó la joven, quien manifestó estar en perfectas condiciones físicas y no ser víctima de ningún delito. Con eso se cerró la investigación. 

Pero los padres no se quedaron conformes. Contactaron a la activista e integrante de Hasta Encontrarles, Ashanti Ríos. Ella cuenta que tuvieron que hacer manifestaciones y bloquear la entrada de la Fipede para que presentarán a Daniela en las oficinas de esta institución y su madre y su hermano pudieran verla, el 16 de diciembre, por la noche, pero solo por cinco minutos. 

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Por como se han dado las investigaciones y por como presuntamente sacaron a Daniela de la Fipede, la familia teme que se esté cometiendo con ella una delito mayor, incluso trata de personas con fines de explotación sexual. Pero no han levantado denuncia al respecto, porque, dicen, no tienen elementos probatorios, explica Ríos. 

N+ solicitó una entrevista con la Fipede para hablar del caso de Daniela, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta. 

No había motivo para irse 

Alejandra y su esposo, José Luis Troncoso, aseguran que Daniela no se fue por su voluntad. “No tenía motivos para irse, y menos para cortar toda comunicación con nosotros, no teníamos problemas, ella podía tener novio e ir a donde quisiera, se llevaba bien con nosotros y con sus dos hermanos, sobre todo con el mayor, de 22 años”, dice su madre. 

Daniela tenía planes para el futuro.

Estaba estudiando la licenciatura en trabajo social, en una universidad privada, modesta, donde pagábamos mil 500 al mes de colegiatura. Quería terminar los estudios, trabajar y junto con su papá comprar una casa más grande, donde cada quien tuviera su recamara, porque las dos mujeres de la casa dormíamos juntas en un cuarto y los tres hombres en el otro. 

La joven también alentaba a su madre a que siguiera estudiando. “Yo estudié para técnico asistente educativo, pero no me aceptaban en los trabajos porque no había terminado la preparatoria. Estaba muy triste por eso. Un día, Daniela llegó y me dijo, 'mamá, mañana entras a la escuela', quién sabe cómo hizo, pero fue y me inscribió, yo le dije, ay, no Daniela, ya estoy grande para eso, me dijo, 'no, mamá, tienes que superarte'. Ella fue la que me alentó a estudiar, por eso, a pesar de la tristeza de que mi hija no está conmigo, no he dejado la escuela, porque terminarla es algo que le debo a ella”. 

Los padres también cuentan que nada apuntaba a que fuera a irse. “Se acababa de comprar ropa para las fiestas de diciembre que venían, toda esa ropa la dejó, no se llevó nada, más que fotocopias de los documentos con los que iba a pedir trabajo. Días antes anduvo buscando donaciones, porque le gustaba apoyar a los niños de la calle, les daba ropa, juguetes, todo eso lo dejó a medias. Además, para qué me hubiera llamado y dicho ya voy para la casa, si hubiera pretendido ya no volver, no, a mi hija alguien se la llevó”, dice Alejandra. 

¿Las autoridades tendrían que investigar?

Sobre si las autoridades deberían hacer una investigación para saber si Daniela está o no en una red de trata, un abogado que trabajó en la Fiscalía de personas desaparecidas de Morelos señala que esto se persigue de oficio, es decir, sin necesidad de que haya una denuncia de por medio, pero precisa que se debe contar con algún indicio sólido para que las autoridades inicien la investigación. 

“Por el simple hecho de que la familia sospeche que está en una red de trata, la autoridad no tiene la obligación de investigar. Se necesitan indicios probatorios”, señala. 

Lo mismo dice Salvador Guerrero Chiprés, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia de la Ciudad de México, quien asegura que la trata “no se puede perseguir de oficio, tiene que haber algún tipo de noticia criminal (información que se comunica a la autoridad competente sobre la comisión de un hecho delictivo), porque, a ver, ¿trata de personas? ¿quién dice, donde se dice, en un medio de comunicación, lo dice un familiar, lo dice un testigo? La complejidad hace para mí imposible aunque existiera la lógica de persecución por oficio, no tiene sentido.”. 

Sin embargo, Gilberto Santa Rita, doctor en Derecho y académico de la Universidad Iberoamericana, sostiene que el delito de la trata sí se debe perseguir de oficio, sin que medie ninguna denuncia. 

Hay una ley de combate a la trata, es una ley general, que aplica en todos los niveles de gobierno y en todo el país y contiene una serie de principios entre estos textualmente la ley dice que la trata se persigue de oficio y la declaración de la familia, de los padres o de quien sea tiene el valor de indicio, es un dato de prueba, que permite que se inicie la investigación de los hechos. 

En efecto, en una revisión hecha por N+ a la Ley general para prevenir, sancionar y erradicar los delitos en materia de trata de personas y para la protección y asistencia a las víctimas de estos delitos se encontró que en efecto esto se debe perseguir de oficio y no se encontró ningún artículo donde esto se condicione a algún tipo de indicio. 

Respecto a si se han identificado patrones en los que se esté haciendo un reclutamiento forzado de mujeres mayores de edad para la trata de personas y aprovechar justamente que puede decirse que ellas se ausentaron por su voluntad, Guerrero Chiprés asegura que no se ha identificado esto como un patrón.

“Nosotros estimamos que las niñas entre 11 y 15 años, del mundo rural, son mucho más vulnerables que a cualquier otra edad y de cualquier otro contexto”. 

Pero Elena Azaola, doctora en Antropología y especialista en victimas de violencia y explotación sexual, señala que sí se han identificado casos de mujeres que son llevadas con amenazas, ya sea contra su vida o contra la de su familia, y no hay autoridades que estén queriendo rescatarlas. 

"Las fiscalías están desbordadas, no tienen la capacidad de investigar todos los delitos que se les denuncian y muchas veces se deshacen rápido de la responsabilidad, dicen: no hay delito que perseguir, porque la joven se fue por su gusto, cuando que sí está siendo sujeta a un delito", 

Los números oficiales, los del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública parecen arrojar que la trata se está volviendo un problema mayor en la capital, con 104 denuncias y el tercer lugar nacional por tasa de cada 100 mil habitantes. 

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Aunque Guerrero Chiprés dice que no se puede saber si en realidad este fenómeno ha crecido o disminuido en la Ciudad de México o en cualquier otra entidad, porque la cifra negra (los delitos que no se denuncian) ronda el 96% y porque los números oficiales más bien pueden señalar que en un lugar se registra mejor que en el otro. Y es verdad, por ejemplo, en Tlaxcala donde se sabe que hay un problema grave de trata, el Secretariado no tiene registrada ninguna denuncia. 

Alejandra asegura que la familia no forzaría a Daniela a vivir con ellos si realmente la joven no quiere. “Pero queremos que nos aseguren que está bien, no queremos que pueda volver a pasar lo de Montse, a ninguna jovencita le debería pasar algo así, yo solo quiero que me aseguren que mi hija está bien y que nos den la dirección de donde ella se encuentra”. 

La activista Ashanti Ríos dice que tendría que haber mecanismos de protección y acompañamiento de núcleos familiares a los que les pasa esto, que no tienen certeza de que sus familiares no están vulnerables, “y si una familia dice ella no se fue, lo primero que tendría que hacer el Estado es creerle a las familias, sobre todo en un contexto feminicida como el que vivimos”. 

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