Este Roedor podría Cambiar cómo Concebimos el Enamoramiento

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Un nuevo estudio afirma que el ratón de campo no necesita oxitocina para enamorarse; esto podría cambiar cómo concebimos los vínculos sociales también en humanos

Ratón de campo norteamericano

El ratón de campo no requiere oxitocina para enamorarse. Foto: Unsplash | Ilustrativa

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Por muchos años, el ratón de campo ha sido estudiado para conocer cómo se generan los vínculos sociales en mamíferos. Este roedor es famoso por elegir una pareja con la que permanece durante toda su vida. Sin embargo, científicos han descubierto que esta unión no depende únicamente de la oxitocina, como se creyó por décadas. Este hallazgo podría cambiar cómo concebimos los vínculos entre mamíferos e incluso cómo funciona el enamoramiento en humanos.

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El ratón de campo, también conocido como topillo de la pradera (Microtus ochrogaster), es un roedor originario de Norteamérica. Al igual que uno de sus familiares más cercanos, el hámster doméstico, este roedor suele medir quince centímetros y se distingue por una orejas redondeadas y un pelaje abundante.

Gracias a que el ratón de campo es un monógamo, ha sido estudiado por los científicos para conocer los mecanismos químicos de las relaciones entre mamíferos. Una vez que se reproduce, ambos padres cuidan de las crías y el vínculo que forman solo se rompe si uno de los ratones muere.

Por estos roedores sabemos del papel crucial que tienen algunas sustancias en el enamoramiento y en los vínculos sociales, como son la dopamina y la oxitocina. Sin embargo, muchas de estas nociones podrían cambiar pronto.

El ratón de campo se distingue por ser monógamo. Foto: Unsplash | Ilustrativa

La revista Neuron, que pertenece a la prestigiosa revista Cell, publicó un estudio elaborado por científicos de Stanford y de la Universidad de California en San Francisco que podría cambiar cómo la ciencia concibe los vínculos entre mamíferos.

Su título mismo desafía varias décadas de investigación sobre la química del enamoramiento: “El receptor de oxitocina no es necesario para el vínculo social en ratones de campo”. Los científicos usaron la herramiento de edición genética CRISPR para eliminar el receptor de oxitocina y verificar si aún era posible que estos animales formaran parejas duraderas.

Al respecto se lee en el estudio:

Las madres que carecían de receptor de oxitocina dieron a luz cachorros viables, y los padres mostraron cuidado por sus crías y las criaron hasta la etapa de destete. Juntos, nuestros estudios revelan inesperadamente que el apego social, el parto y el comportamiento de los padres pueden ocurrir en ausencia de señalización del receptor de oxitocina en ratones del campo

Este estudio ha sido saludado como una ruptura con el conocimiento actual sobre el campo. Al respecto, la neurocientífica Bianca Jones Marlin, de la Universidad de Columbia, declaró a la revista Nature:

Los neurocientíficos crecieron en nuestro campo entendiendo que los ratones de campo se emparejan debido a la distribución de los receptores de oxitocina y la oxitocina. Eso fue canónico

El estudio publicado en Neuron indicaría, sin lugar a dudas, que hay otros factores involucrados en la formación de los estrechos vínculos monógamos que distinguen a dichos roedores. Pero este no es el único campo de estudio que se verá afectado.

Los investigadores han prestado una especial atención al papel de la oxitocina en los vínculos sociales de los humanos. Esta sustancia parece omnipresente en las interacciones humanas, desde el enamoramiento hasta algunos trastornos como el autismo.

Ahora, estos resultados muestran que los científicos no han descubiertos todos los mecanismos detrás de los vínculos sociales y que incluso nuestro conocimiento actual sobre la química del amor podría ser revalorado.