Este Animal Forma Recuerdos pese a No Tener Cerebro

Científicos descubrieron que las anémonas de mar son capaces de formar recuerdos pese que no cuentan con cerebro

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La anémona de mar forma recuerdos pese a no tener cerebro

La anémona de mar forma recuerdos pese a no tener cerebro. Foto: WikiCommons | Archivo

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Desde los inicios de la neurología, los científicos han estado plenamente convencidos de que la memoria se guarda en un órgano específico: el cerebro. Sin embargo, esta noción podría no ser tan firme como pensábamos. Investigadores han descubierto que las anémonas de mar son capaces de formar recuerdos, pese a que no tienen cerebro.

El estudio fue publicado en las Memorias de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS, por sus siglas en inglés). En él participaron tres investigadores de la Universidad de Friburgo, en Suiza, y del Instituto Catalán de Investigación del Agua.

La memoria es una de las habilidades más importantes para la supervivencia de los animales, pues les permite ajustar su comportamiento en función de experiencias anteriores. La memoria también sirve para predecir eventos y anticipar en qué condiciones encontrarán alimento, refugio o posibles peligros.

Sin embargo, no se había investigado si los animales que no cuentan con cerebro, como son las anémonas de mar, podían tener aprendizaje asociativo. Este modo del aprendizaje es el proceso por el cual los organismos aprenden a relacionar dos eventos distintos.

Las anémonas de mar, como las medusas, no cuentan con cerebro, sino con un sistema nervioso que no está centralizado en un solo órgano. Para su estudio, los científicos eligieron a la especie Nematostella vectensis, una anémona de mar originaria de la costa oeste de Norteamérica.

La anémona de mar fue sometida a un experimento de condicionamiento clásico. Foto: WikiCommons | Archivo

Para probar su hipótesis, los científicos emplearon un experimento de condicionamiento clásico, desarrollado por Iván Pávlov, para dilucidar si las anémonas eran capaces de aprender y formar recuerdos. En el estudio se lee lo siguiente:

Investigamos la capacidad de la anémona de mar estrella Nematostella vectensis para formar recuerdos asociativos mediante el uso de un enfoque de condicionamiento clásico. Desarrollamos un protocolo que combina la luz como estímulo condicionado con una descarga eléctrica como estímulo incondicionado aversivo

Como se indica en el artículo, durante el experimento las anémonas de mar recibían una descarga eléctrica combinada con luz. En estos experimentos, el objeto de estudio aprende a relacionar estos hechos distintos y consigue vaticinar que siempre ocurren juntos.

En el experimento desarrollado por Pávlov en el siglo XIX, se conseguía que un perro asociara el sonido de una campana con la comida. Como resultado, el perro empezaba a salivar apenas oía la campana, signo de que había ocurrido un aprendizaje asociativo.

En este experimento con anémonas de mar se consiguió un resultado semejante: se logró condicionar a las anémonas para que reaccionaran a la luz. Los autores escriben lo siguiente en su estudio:

Después de un entrenamiento repetitivo, los animales exhibieron una respuesta condicionada a la luz, lo que indica que aprendieron la asociación. Por el contrario, todas las condiciones de control no formaron memorias asociativas

Este estudio comprobaría que la capacidad de formar recuerdos nació antes de que los animales desarrollaran cerebros, al menos para el aprendizaje asociativo. Al respecto, los científicos concluyeron:

Nuestros resultados sugieren que las anémonas de mar pueden formar memorias asociativas en un paradigma de condicionamiento clásico, un fenómeno no informado, hasta donde sabemos, en una especie no bilateral desde finales del siglo XX

Los científicos también señalaron que este estudio plantea “preguntas fundamentales sobre el origen y la evolución de la cognición en animales sin cerebro”.

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