¿Puedes amar a un perro tanto como a un hijo? La ciencia responde

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¿Puedes amar a un perro tanto como a un hijo? La ciencia responde

¿Puedes amar a un perro tanto como a un hijo? La ciencia responde

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La vida en las grandes ciudades es muy compleja e incluso solitaria. Por eso, es muy común ver a adultos jóvenes, y cada vez a más parejas, tener como animal de compañía a un perro que comparte espacio en pequeños y medianos departamentos.Estos perros citadinos suelen ser muy consentidos y, en muchos casos, suplen la necesidad afectiva de tener un hijo.Justo por ser un miembro muy querido de las jóvenes familias sin hijos, muchos se preguntan si el afecto por los canes puede compararse con el que se tiene por un miembro más de la familia. Y la ciencia ya tiene una respuesta a esta pregunta.
(Foto: Pixabay)

Los perrhijos

En las últimas décadas una tendencia cobra fuerza entre las familias jóvenes de clase media: tener un perro como sustituto de un hijo.La razón principal de tener un perrhijo es económica, pero también sirve como sustituto de un bebé, que instintivamente tendrían que tener las parejas de veintitantos y principios de sus treintas biológicamente, aunque normalmente esto es inconsciente.Actualmente la mayoría de las parejas tienden a necesitar el trabajo de las dos partes para mantener un estatus económico. Y un hijo, además de requerir un gasto importante, requiere mucha más atención que un perro.Además, la mascota canina permite más salidas para fiestas, viajes y conciertos que un bebé. Sin mencionar que un perro, normalmente, permite dormir más a sus dueños que un recién nacido.Eso sí, por ser un sustituto de un niño, el perrhijo termina por ser muy querido, consentido y dependiente de sus dueños.

Amor perro

Un equipo de científicos, liderados por Takefumi Kikusui, del Departamento de Ciencia Animal y Biotecnología de la Universidad Azabu (Japón), realizó un experimento para saber si los humanos pueden amara a sus perros, y viceversa.De acuerdo con el equipo de Takefumi Kikusui, la conexión entre humanos y perros puede ser tan grande a la que existe entre padres e hijos.La razón detrás de este "amor perro" se encuentra en la oxitocina, la famosa hormona del amor.

La oxitocina

La "hormona del amor", la oxitocina, se produce en una parte del cerebro llamada hipotálamo y se secreta en la glándula pituitaria.Esta hormona es la responsable de la vinculación emocional y el comportamiento maternal, y se genera durante el parto, la lactancia y la excitación sexual, por mencionar algunas circunstancias.La idea que tenía el equipo de Takefumi Kikusui era que los humanos y los perros generaban oxitocina en algún punto de su vinculación.Y, después de realizar su experimento descubrieron que todo se esconde en la mirada.

El secreto en tu mirada

Los especialistas japoneses llevaron a cabo diferentes experimentos con 30 perros (15 hembras y 15 machos) de diferentes razas y edades, y sus dueños (24 mujeres y 6 hombres). La idea era descubrir cómo se generaba oxitocina entre ambas especies.En uno de los experimentos, los perros y sus dueños se colocaron en una sala, donde permanecieron juntos por 30 minutos mientras los especialistas registraron la manera en que interactuaban.Los expertos descubrieron que los niveles de oxitocina de ambas especies (medida en su orina) aumentó tras el contacto visual prolongado.Es decir, mientras más se veían a los ojos, los niveles de oxitocina aumentaban en el cerebro de ambas especies y, por consiguiente, se amaban más.En otro experimento, los investigadores rociaron oxitocina en la nariz de los perros y los pusieron en una habitación con sus dueños y con personas que los perros no conocían. Con las hembras, y no con los machos, esto aumentó la mirada mutua entre los perros y sus dueños y también condujo a un aumento de oxitocina en los dueños.

Lomitos enamorados

El equipo de Kikusui intentó repetir su experimento con lobos criados por humanos, y descubrieron que no se repetía el mismo resultado. Es decir, este "amor perro" solo se da entre humanos y canes.
“Los lobos que tienen una relación muy estrecha con sus criadores no pueden estimular la oxitocina en ellos, posiblemente debido a la falta de contacto visual. El uso de este contacto visual hacia el dueño es diferente entre los perros y los lobos, y esta es la razón por la que los lobos no tienen este tipo de vínculo con los humanos” dijo Kukusui en entrevista con Reuters.
Por esto, Kikusui pudo concluir que los humanos y los perros refuerzan sus vínculos afectivos de manera circular por medio de la generación de oxitocina, de la misma forma que se construye entre las familias de ambas especies. Y la manera de crear -y reforzar- ese vínculo es por medio de las miradas.Así que, ya lo sabes, no dejes de echarle una mirada a tu amigo peludo.https://www.youtube.com/watch?v=L5yPIU_Ba-s