Por esto Cayó Roma: El Plomo Sí Hizo Más Tontos a los Romanos, Según Nuevo Estudio
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¿Por qué cayó el Imperio romano? Un nuevo estudio apunta a que la contaminación por plomo en el aire contribuyó en la caída de esa civilización, haciendo más tontos a los romanos
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El plomo es uno de los peores venenos que podemos encontrar en la naturaleza. Incluso en dosis mínimas puede causar severos daños en el organismo y no existe una dosis segura de este metal. Sin embargo, debido a su abundancia y su maleabilidad, los romanos usaban este metal para casi todo.
Ahora un nuevo estudio señala que los altos niveles de plomo en el aire habrían provocado un declive en el coeficiente intelectual de los romanos. El plomo podría ser, en parte, responsable de la caída de Roma.
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El plomo, el metal abundante y peligroso
Este texto está escrito en español, un descendiente directo del latín, idioma que hablaban los romanos. Así como heredamos de ellos la lengua, nuestro mundo está lleno de aportaciones originadas por este imperio que prosperó hace 2 mil años en el Mediterráneo.
Desde el hormigón hasta el sistema jurídico; desde el calendario hasta nuestras nociones actuales sobre los fantasmas: nuestra cultura sería imposible de concebir sin la herencia de la cultura romana. Si nosotros consideramos que el plástico y el acero son los principales materiales de nuestra vida moderna, los romanos bien podrían haber alegado que su mundo dependía del plomo.
Durante el Imperio romano se usaba este metal sumamente dúctil para las tuberías del drenaje, pero también para los recipientes cotidianos, el maquillaje y la pintura. Gracias a la abundancia superficial de la galena, roca de donde se extrae el plomo, los romanos confiaban en ese material para mantener su expansión y sus ciudades.
A semejanza del plástico moderno que ahora se encuentra en nuestros organismos, los romanos también convirtieron su mayor material en su principal veneno. El plomo puede engañar al cuerpo humano y colocarse en funciones estratégicas donde deberían ir otros metales, como el hierro. De ahí, por ejemplo, que la exposición al plomo lleve a la anemia, pues este metal reemplaza al hierro de los glóbulos rojos.
Algo semejante ocurre en el cerebro y el sistema nervioso, donde el plomo puede causar grandes daños en muy pequeñas dosis. La exposición al plomo en niños puede dañar permanentemente la audición, la concentración y provocar agresividad. Por ello, los médicos insisten en alertar que el plomo no es seguro en ninguna cantidad.
El plomo en el aire habría hecho más tontos a los romanos
Y, sin embargo, el aire del Imperio romano estaba saturado de plomo. Así lo revela un nuevo estudio publicado por la revista Memorias de la Academia Nacional de Ciencia (PNAS, por sus siglas en inglés).
Los investigadores de la Universidad de Oxford, liderados por el arqueólogo Andrew Wilson, midieron la presencia de plomo en el hielo preservado en el Polo Norte. Cada año, las nevadas constantes forman capas permanentes en el hielo que guardan diminutas bolsas del aire en que ocurrieron. Así, los científicos pueden investigar qué composición tenía el aire en décadas y milenios pasados.
Al analizar el hielo ártico correspondiente a la época romana, los científicos encontraron niveles alarmantes de plomo. En la época de la Pax Romana, el plomo estaba presente en el aire de toda Europa debido a la fundición de galena, de donde se extraen la plata y el plomo. Esto habría provocado que los romanos tuvieran hasta 3 puntos menos de coeficiente intelectual. En el estudio se lee:
El resultado fue un aumento de plomo en la sangre en niños pequeños de aproximadamente 2,4 µg/dl por encima de un fondo neolítico estimado de 1,0 µg/dl, lo que llevó a un deterioro cognitivo generalizado que incluyó una reducción de 2,5 a 3 puntos en el coeficiente intelectual en todo el Imperio Romano.
Aunque la grave contaminación por plomo no puede ser el único factor que contribuyó a la caída de Roma, los científicos consideran que sin duda ayudó.
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