La Gran Depresión Marcó el ADN de los Nacidos en esa Crisis

Las condiciones adversas que vivieron los bebés nacidos en esa crisis marcaron su ADN y promovieron un envejecimiento acelerado

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Hombres haciendo fila por un plato de sopa en la Gran Depresión

La Gran Depresión marcó el ADN de los bebés nacidos en la crisis. Foto: Wikicommons | Archivo

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La Gran Depresión fue una catástrofe económica que marcó a generaciones enteras de estadounidenses. Sin embargo, ahora sabemos que la marca de esta debacle quedó grabada incluso en el ADN de quienes la vivieron.

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Un estudio elaborado por dos científicas de la Universidad de Washington y la Universidad de Wisconsin-Madison encontró que las células de las personas nacidas durante esta crisis económica presentan un envejecimiento acelerado.

La Gran Depresión golpeó severamente a los Estados Unidos desde 1929 hasta 1939. En aquella época, un 25% de los trabajadores cayeron en el desempleo.

Niños hacen fila por un plato de sopa en la Gran Depresión. Foto: Wikicommons | Archivo

De aquel tiempo sobreviven múltiples imágenes que exhiben el hambre y las penurias por las que pasaron miles de personas. Y estas condiciones habrían dejado su particular huella en el ADN.

Las autoras del estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) partieron de la hipótesis de que las exposiciones adversas al ambiente intrauterino pueden tener efectos a largo plazo sobre la morbilidad y la mortalidad de los adultos.

Para comprobar dicha premisa, las científicas realizaron un análisis epigenético en 832 participantes residentes en los Estados Unidos. Los resultados de este experimento arrojarían que las condiciones adversas a la que se vieron sometidas estas personas durante su etapa intrauterina dejaron huella en su ADN y propiciaron un envejecimiento acelerado.

“Nuestros hallazgos sugieren que la exposición a las condiciones económicas cambiantes en la década de 1930 tuvo un impacto duradero en las firmas de envejecimiento epigenético de próxima generación que se desarrollaron para predecir el riesgo de mortalidad y el deterioro fisiológico”, escribieron las autoras.

Este estudio subraya la importancia del ambiente y las condiciones de vida en que se desarrollan bebés y niños, así como las consecuencias duraderas que pueden tener en su futuro.

“Las inversiones en la vida temprana pueden ayudar a posponer la morbilidad y mortalidad relacionadas con la edad y extender la vida saludable”, concluye el estudio.