Así Galileo Fundó la Ciencia con un Telescopio de Cartón
Galieo fue el primer ser humano en saber que Júpiter tiene lunas y que la Vía Láctea se compone de miles de estrellas
Elisa de Gortari | N+
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Galileo Galilei es considerado como uno de los fundadores de la ciencia moderna. Sin embargo, pocos recuerdan las peculiares circunstancias en que realizó sus descubrimientos más importantes. Te contamos a continuación cómo cambió la astronomía en menos de cinco meses con un telescopio de cartón que él mismo creó.
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¿Qué es el sol? ¿Qué son las estrellas? ¿Por qué hay noche y día? Por milenios, el cielo fue un misterio que se explicó con mitos y dogmas. Los pensadores de la Antigüedad descubrieron que la Tierra era redonda, pero no atinaron a ubicar dónde se encontraba esta en el universo.
Por siglos, se impuso la teoría geocéntrica. Desarrollada, entre otros, por Aristóteles y Claudio Ptolomeo, esta explicación del universo situaba a la Tierra en el centro de la creación.
Esta visión del universo no cambió hasta que llegaron las ideas de Copérnico. En aquel entonces los calendarios y las observaciones astronómicas sufrían severos problemas debido a que el modelo geocéntrico era inoperante.
Múltiples astrónomos de toda Europa estudiaban modelos alternativos que permitiesen explicar mejor los sucesos del cielo. Copérnico no fue el primero, pero sí el más atinado al proponer un modelo que arreglaba muchos de los problemas de los calendarios, donde la Tierra tenía rotación y traslación alrededor del Sol.
Las ideas de Copérnico encontrarían un respaldo directo en las observaciones que hizo Galileo con sus telescopios. A principios del siglo XVII los telescopios eran el último invento de moda entre las personas cultas de Europa.
La noticia de su invención corrió como pólvora por el continente. En junio de 1609, Galileo pudo ver un telescopio con sus propios ojos. Un conocido suyo había ofrecido uno en venta al gobierno de Venecia, pero Galileo aconsejó que no lo compraran, pues él podía crear uno.
Durante los meses siguientes, diseñó y construyó su primer telescopio. Él mismo pulió las lentes cóncavas y convexas. Según cuenta Susana Biro en La mirada de Galileo (FCE, 2009) empleó materiales tan diversos como el plomo, la madera y el cartón para hacer los cilindros donde colocaba las lentes.
Los cinco meses que cambiaron la astronomía
Entre noviembre de 1609 y marzo de 1610, Galileo hizo las observaciones que habrían de conmocionar a la sociedad de la época y, eventualmente, cambiarían la ciencia y, en particular, la astronomía de forma irrevocable.
Las observaciones del toscano habrían de quedar registradas en un diario que acompañó de detallados dibujos de los objetos astronómicos. Como cualquier persona con un telescopio nuevo, lo primero que miró Galileo fue la Luna.
Fue el primero en descubrir los cientos de cráteres que cubren su superficie, así como sus montañas y valles. Siguió el satélite durante sus distintas fases y describió con un enorme detalle los “mares” y las planicies que encontraba. Por ejemplo, sobre uno de los mayores cráteres escribió:
No quiero dejar de señalar otra cosa que he notado no sin asombro, cual es que el lugar que se halla casi en el centro de la Luna está ocupado por una cavidad mayor que todas las demás, siendo una figura perfectamente redonda
Cuando Galileo dirigió su telescopio hacia la Vía Láctea descubrió, como apunta Biro, que “no se trataba de una larga nube difusa, sino de una vastísima colección de estrellas”. En su diario, Galileo apuntó lo siguiente:
La galaxia no es, pues, otra cosa que un conglomerado de estrellas reunidas en montón. Hacia cualquier región que se dirija el anteojo, inmediatamente se presenta a la vista una ingente cantidad de estrellas
Al observar la constelación de Orión o las Pléyades, el toscano encontró que había muchas más estrellas de las que se pueden ver a simple vista y que junto a cada estrella toral de una constelación había muchas otras más pequeñas. Al respecto escribió:
Ahora bien, por debajo de las estrellas de sexta magnitud, verás con el anteojo, cosa difícil de creer, una numerosa grey de otras estrellas que escapan a la visión natural
Galileo se convirtió así en el primer ser humano que descubría que en el cielo se reúnen millardos de estrellas que solo pueden observarse con herramientas capaces de extender la visión.
Las lunas de Júpiter
Sin embargo, el mayor descubrimiento que hizo Galileo durante los cinco meses que dedicó al cielo fue que Júpiter tenía lunas. Al principio notó que unos “planetas”, como los llamó entonces, parecían moverse junto a Júpiter. En las semanas siguientes fue apuntando los movimientos de estos planetas.
Desde un punto de vista geocéntrico, los movimientos de estos puntos no tenían sentido ni explicación. Sin embargo, había una teoría que sí explicaba estos movimientos que desafiaban las leyes conocidas del cielo: el heliocentrismo.
Si se aplicaban las ideas de Copérnico, quedaba claro que estos puntos errantes eran lunas como la nuestra que giraban alrededor de Júpiter.
El diario de Galileo habría de transformarse en un libro que publicó bajo el nombre de La gaceta sideral, donde explicaba en detalle sus descubrimientos y observaciones. El libro causó furor en Europa y fue respondido por Johannes Kepler, quien estaba por descubrir que eran las órbitas elípticas las que explicaban mejor los movimientos del sistema solar en el modelo heliocéntrico.
Galileo y Kepler tuvieron una notable correspondencia que incluso incluyó mensajes escritos en código. “smaismrmilme poeta leumibunenugttaurias” escribió Galileo en un mensaje cifrado. Al resolverse, se podía leer en latín: “altissimum planetam tergeminum observavi”, es decir, “Observé que el planeta más alto era triple”. Así comunicó Galileo a su colega que acaba de descubrir que Saturno tenía anillos.
La invención de la ciencia
Como explica Ruy Pérez Tamayo en ¿Existe el método científico? (FCE, 1993), la ciencia no es una mera reunión de datos sobre la naturaleza, sino un método que permite crear conocimiento. En este sentido, Galileo Galilei fue responsable de la aparición de dos pilares de la ciencia: el uso de experimentos y el empleo de las matemáticas.
Las observaciones de Galileo no solo aportaron enormes datos sobre el universo hasta entonces desconocidos; también sistematizó parte de este conocimiento y buscó una explicación lógica para el mismo, como con las lunas de Júpiter.
Como un pequeño homenaje, la NASA bautizó como Galileo a la sonda que lanzó en 1989 para tomar imágenes de Júpiter. Sin los cinco meses que pasó el italiano mirando el cielo con un telescopio de cartón, no habría sido posible que siglos más tarde una nave espacial con su nombre cruzara el sistema solar, en dirección a las lunas que descubrió.