¿El Tiempo es Una Ilusión? Nuevo Estudio con un Reloj Cuántico Explica esta Teoría
Un nuevo estudio consiguió crear un ‘reloj cuántico’ que probaría que el tiempo es solo una ilusión
Elisa de Gortari | N+
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Definir qué es el tiempo ha sido desde hace milenios uno de los grandes problemas de la filosofía y de la ciencia. Un nuevo estudio ha propuesto una solución: gracias a un reloj cuántico habrían conseguido probar que “el tiempo es una ilusión”.
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La duda sobre qué es el tiempo
Como afirma el físico Carlo Rovelli, cualquiera sabe cómo se experimenta el tiempo, pero pocos se atreverían a definirlo. Y muchos menos lo harían con precisión.
Según explica el científico en su libro Siete breves lecciones de física, “no hay nada en la física que corresponda a la noción de ahora”. Desde que Albert Einstein descubrió la teoría de la relatividad, sabemos que el tiempo y el espacio son parte de una misma dimensión y que se influyen mutuamente debido a la gravedad.
Esto arroja algunas consecuencias extravagantes: la primera, que el tiempo depende totalmente de un observador. Es subjetivo. Mientras más rápido se mueva uno por el espacio, el tiempo se moverá más lentamente.
Y este fenómeno, como explica Rovelli en su libro El orden del tiempo, es medible incluso entre quienes viven a nivel del mar y quienes viven en una montaña; para los segundos el tiempo pasa más rápido por estar más lejos del centro de la Tierra.
Pero el estudio del tiempo se enrarece aún más cuando se llega a la cuántica. A priori, el tiempo no es un parámetro a este nivel de la física. Es decir, el tiempo no es imprescindible para explicar los fenómenos entre partículas, como los son fotones y los electrones.
El tiempo como un efecto de la termodinámica
Carlo Rovelli añade al respecto que el tiempo es una ilusión de la termodinámica: nunca nadie ha visto que una taza de café fría se vuelva caliente. El calor indica qué tan rápido se mueven los átomos y estos tienden a moverse más lentamente con el tiempo. A esto lo llamamos enfriarse.
Esto no quiere decir que es imposible que una taza de café se enfríe mágicamente, solo indica que es muy improbable. Al respecto, Rovelli escribe en Siete breves lecciones de física:
¿Por qué el calor va de los objetos calientes a lo fríos y no al revés? La razón la encontró el físico austriaco Ludwig Boltzmann y resulta sorprendentemente simple: el azar. El calor no va de los objetos calientes a los fríos obligado por una ley absoluta: va solo con una gran probabilidad.
Y añade lo siguiente:
El motivo es que estadísticamente resulta más probable que un átomo de la sustancia caliente, que se mueve deprisa, colisione contra un átomo frío y le transmita un poco de su energía, que lo contrario.
¿El tiempo sería una ilusión cuántica?
Ahora, un equipo de científicos italianos ha lanzado un estudio que abona en esta cuestión. En el artículo publicado en Physical Review A, los físicos explicaron que desarrollaron un reloj cuántico.
Como hemos explicado anteriormente, todos los relojes son en esencia máquinas que miden oscilaciones, ya sea de granos de arena o de péndulos o de estímulos eléctricos.
Según se lee en el artículo, los científicos usaron las oscilaciones cuánticas de partículas para crear un reloj. Lo llamativo es que estas partículas están entrelazadas con otras partículas; esto significa que cualquier cambio en un grupo de partículas se nota inmediatamente en el otro grupo.
El efecto del reloj cuántico persiste incluso cuando los sistemas analizados son llevados a un mayor tamaño. Además de que este hallazgo podría coincidir con la teoría de la gravedad postcuántica, indicaría que el tiempo es, en esencia, una ilusión hecha por las relaciones que tienen los objetos entre sí.
En otras palabras, se confirma la idea, propuesta desde la relatividad, de que no existe un tiempo general en el universo y que todo tiempo se limita a los efectos que tienen unos objetos sobre otros. Aunque esta noción pueda parecer compleja para algunos, Albert Einstein llegó a una explicación semejante al escribir sobre la muerte de un amigo suyo:
Michele ha partido de este extraño mundo, un poco antes que yo. Eso no significa nada. Las personas como nosotros, que creen en la física, saben que la distinción entre pasado, presente y futuro no es otra cosa que una persistente y tozuda ilusión.
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