El Maíz Fue Domesticado Gracias a que se Hibridó con el Teosinte hace 9 Mil Años
Elisa de Gortari | N+
Un nuevo estudio encontró que la domesticación del maíz habría sido posible por una hibridación con variedades de teosinte más resistente
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Un nuevo estudio ha encontrado que la domesticación del maíz fue posible por un proceso natural de hibridación, donde el maíz prehistórico adquirió algunas características del teosinte. Esta planta, de la que es originaria, le habría legado una mayor resistencia ante condiciones adversas.
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La domesticación del maíz en México
Anteriormente se creía que la agricultura surgió en un solo sitio del planeta: en Mesopotamia, en la región ubicada entre los ríos Tigris y Eufrates. Sin embargo, ahora sabemos que este fenómeno ocurrió casi simultáneamente en varios puntos del globo.
En el caso del maíz, el cultivo principal de Mesoamérica, esta planta fue domesticada hace 9 mil años en el surponiente del país, en la región adyacente al río Balsas, entre Michoacán y Guerrero. Las primeras versiones del maíz prehistórico (Zea mays) habrían surgido directamente del teosinte (Zea mays mexicana).
Estas mazorcas silvestres ofrecían inicialmente pocos granos, que con las generaciones fueron modificadas hasta ofrecer un alimento nutritivo y confiable.
El maíz hibridó con el teosinte
Sin embargo, un nuevo estudio ha señalado que la domesticación plena del maíz no habría sido posible sin la hibridación de los primeros maíces con su antecesor el teosinte.
Cabe señalar que es común entre todos los seres vivos que estos reciban genes de otros organismos que viven a su alrededor. Esto permite que, en el ADN humano, por ejemplo, haya pequeños trozos de ADN de organismos tan distantes como hongos y plantas.
Según el artículo publicado en Nature, el primer maíz que comían los pueblos mesoamericanos habría sido hibridado naturalmente con el teosinte, que seguía siendo silvestre. Esto tuvo varias consecuencias prácticas para estos agricultores: estos cultivos híbridos habrían sido menos fértiles; sin embargo, habrían tenido una mayor resistencia.
Tradicionalmente, se cree que cuando dos especies distintas se reproducen, la descendencia no es fértil. No obstante, esto no siempre ocurre así.
Al parecer de los investigadores del Instituto Médico Howard Hughes de Nueva York, las versiones híbridas del teosinte y el maíz habrían dado cosechas menos numerosas, por su infertilidad, pero a cambio habrían soportado mejor las inclemencias del clima y a la falta de agua.
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