Combustión espontánea: ¿en serio puede sucederte?

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Combustión espontánea: Causas y efectos ¿en serio puede sucederte? Te explicamos este raro fenómeno que ha aterrado e intrigado a los especialistas.

Combustión espontánea: ¿en serio puede sucederte?

Combustión espontánea: ¿en serio puede sucederte?

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A lo largo de la historia, se han reportado al menos 200 casos de combustión espontánea humana, el primero documentado en el siglo XVIII, pero hasta ahora, los científicos no se ponen de acuerdo sobre si este fenómeno es real. En términos prácticos, la combustión espontánea es cuando un cuerpo humano, ya sea por algún desequilibrio químico interno o por otras razones aún desconocidas, explota en llamas sin haber sido expuesto a una fuente externa de ignición. Por lo regular, las llamas se limitan a incinerar la mayor parte del cuerpo de la persona hasta matarla. A menudo, los daños causados por el fuego se limitan a la ropa y el tejido de la víctima, por lo que el resto de la habitación o el punto que estaba justo debajo de esta, se mantienen virtualmente intactos.

Reconstrucción de una combustión espontánea humana (Wikimedia Commons).
Para los científicos, este fenómeno es altamente improbable, tanto que la mayoría se niega a clasificarlo como una causa de muerte reconocida oficialmente. Según los médicos que han hablado sobre el tema, la idea de que un desequilibrio químico interno sea la causa principal de la combustión espontánea, viene de los métodos primitivos que se usaron al momento de determinar las causas de la mayoría de las muertes de la gente que, una noche se fue a dormir a su cama y a la mañana siguiente, amaneció hecha cenizas. La mayoría de los casos, documentados entre los siglos XVII y XIX, fueron estudiados por médicos que creían que la cantidad de alcohol ingerida por una persona o la vida "de poca moral" que llevaba, eran razones suficientes para estallar en llamas en cualquier momento, por lo que la ciencia médica actual descarta tanto este fenómeno, como sus posibles causas. El cuerpo humano se compone de al menos 70% de agua, así que no hay manera de que este arda por tiempo prolongado sin ayuda de un factor externo que lo mantenga encendido. El consumo de alcohol, por intenso que sea, tampoco puede hacer que una persona sea más "flamable", debido a que la concentración de combustible es demasiado baja como para hacer alguna diferencia al momento de arder. De los 200 casos de combustión espontánea humana registrados, nadie estuvo allí para verlos, y de todos estos, tan solo 12 han sido investigados a través de métodos serios, así que por el momento, este fenómeno está clasificado como un mito y nada más.