Descubren Secreto del Cemento Romano: se Autorreparaba
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Además de explicar por qué las construcciones romanas han seguido de pie por 2 mil años, este hallazgo podría servir para mejorar el cemento moderno
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Por décadas, las construcciones de la antigua Roma han representado un enorme misterio para los científicos e ingenieros: ¿cómo se construían que ha perdurado por milenios? Ahora, un nuevo estudio ha revelado un enorme secreto del concreto romano: se autorreparaba.
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Ante los enormes logros tecnológicos de nuestra época, es fácil suponer que nunca existieron mejores materiales para la construcción que los nuestros. No obstante, varias civilizaciones hicieron construcciones que han sobrevivido por siglos casi intactas.
Según los expertos, el cemento que empleaba un albañil en el Imperio romano supera en durabilidad al cemento moderno. La gran duda era por qué. Varios estudios han aventurado posibles respuestas a este misterio.
En 2017, por ejemplo, la revista American Mineralogist publicó un estudio donde se aseguraba que eran la cenina volvánica y el agua de mar los responsables de la firmeza del concreto que usaban en el península itálica hace 2 mil años. Sin embargo, los resultados no terminaron de convencer a los especialistas en materiales.
Ahora, un estudio liderado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) afirma haber encontrado el posible ingrediente secreto del concreto romano: la cal viva. Para realizar su estudio recolectaron muestras de construcciones de hace 2 mil años ubicadas en la localidad de Priverno, al sur de Roma.
Preparaban el cemento con cal viva
Los análisis químicos encontraron que este cemento se preparaba con cal viva, en lugar de cal apagada, como se hace actualmente. En el artículo publicado en Science Advances se lee lo siguiente:
Los romanos empleaban la mezcla en caliente, usando cal viva junto con, o en lugar de, cal apagada, para crear un ambiente donde los clastos de cal de escala de agregado de área superficial alta se retienen dentro de la matriz de mortero
La mezcla resultante mantenía pequeñas bolas de cal en su interior. Como resultado, cuando este concreto se fisura y se humedece, la cal entra en contacto con el agua.
La reacción química que provoca este contacto tiene como resultado un endurecimiento del material. Es decir: el concreto romano se autorreparaba.
El estudio no solo tiene un enorme valor histórico, pues revela por fin el secreto que ha permitido que tantas construcciones de la época hayan sobrevivido sin mantenimiento hasta nuestros días. También tiene una gran importancia para la química de materiales.
Según los investigadores, este descubrimiento podría ser empleado por los ingenieros de hoy para conseguir edificaciones más sostenibles y resistentes:
El desarrollo y las pruebas posteriores de mezclas cementosas modernas que contienen clastos de cal demuestran su potencial de autorreparación, allanando así el camino para el desarrollo de formulaciones de hormigón más duraderas, resistentes y sostenibles.