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Se informó que todas las actividades religiosas, como bautizos, bodas, primeras comuniones y catecismo, quedarán suspendidas por el momento.
El sacerdote Lorenzo Medina dejará Guadalupe y Calvo tras ser herido en un ataque. Foto Ilustrativa: Pexels
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En medio de la creciente violencia que afecta la Sierra Tarahumara, el sacerdote Lorenzo Antonio Medina anunció desde hace días que dejará su labor pastoral en la región de Guadalupe y Calvo, luego de sufrir un ataque armado donde resultó herido junto con la presidenta seccional Leonila, de 69 años. Aunque descartó que el ataque fuera directo, aseguró que por razones de seguridad trasladará su misión a otra ciudad.
El incidente ocurrió cuando el sacerdote, quien viajaba desde Dolores hacia Guadalupe para atender compromisos religiosos, fue interceptado y baleado por un grupo armado. Según relató, logró retroceder y llevar a la presidenta seccional a un hospital tras recibir ella los mayores impactos.
Pensamos que pudo haber sido una confusión. Son caminos muy difíciles y complicados. A pesar de lo sucedido, perdono a quienes nos atacaron; todos somos hijos de Dios
El padre Medina informó que todas las actividades religiosas, como bautizos, bodas, primeras comuniones y catecismo, quedarán suspendidas por el momento. Llamó a los fieles a mantener su fe y a fortalecer la unidad en sus comunidades mientras se reorganizan los servicios religiosos en la región.
Javier “El Pato” Ávila, sacerdote jesuita, condenó el ataque y señaló que la inseguridad en la Sierra Tarahumara es reflejo del control que grupos armados ejercen sobre la región. Denunció el desplazamiento de familias enteras y el abandono de tierras debido a la falta de acciones contundentes por parte de las autoridades.
No es posible que las autoridades permitan que los grupos delincuenciales controlen la región. Esto es una muestra del ambiente de impunidad que prevalece en el estado
Enfatizó el sacerdote Ávila. La Sierra Tarahumara continúa enfrentando un panorama de violencia y desplazamiento, mientras líderes religiosos y comunitarios claman por acciones que garanticen la seguridad de sus habitantes.
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